En el primer curso de moda entré en la clase de costura y la profesora nos enseño hacer un ojal a mano. Un par de minutos después me puso a ayudar al resto al ver que no era la primera vez que no hacía algo así.
Me dieron la mejor nota de la que cualquiera presumiría, pero yo la guardé en el mueble del baño y la saqué 20 años después.
Me gusta que si algo llama la atención, sea mi trabajo, no las medallitas que uno se cuelga.